
La Historia del Arrano Beltza SÍMBOLO PRIMIGENIO DE LA TERRITORIALIDAD
(extraido de la publicación 7k del diario GARA. Texto: Pello Guerra.)

La historia del Arrano Beltza se remonta a los orígenes del viejo Reino de Nafarroa y está íntimamente ligada a sus primeros monarcas, a la dinastía vascona Jimena o Ximena, que durante cuatro siglos dirigió los destinos de uno de los feudos más importantes de la península durante la Edad Media. Según señala Patxi Zabaleta, estudioso de este símbolo, ‘el arrano beltza es el emblema de los reyes navarros desde Iñigo Arista hasta Sancho VII el Fuerte. Por lo tanto, de los ocho siglos que pervivió el reino como tal, contando los setenta años en los que fue un reino independiente en Iparralde, durante cuatro fue el símbolo de Navarra’.
A pesar de la popularidad de la que llegó a gozar, el Arrano Beltza no es el
emblema más antiguo de la simbología vascona. Con anterioridad a él, uno de los más utilizados era el de la media luna con los dos extremos hacia abajo y la estrella vascona, la de ocho puntas, que está presente en el escudo de Lizarra, del Burgo de la Navarrería de Iruñea, Atarrabia e Irunberri, entre otras muchas localidades vascas. En el terreno de los símbolos también destaca, incluso hoy en día, el lauburu, un símbolo solar que significa el movimiento del firmamento y que está presente en esta tierra desde la Edad de Piedra.
Sin embargo, los monarcas navarros se decantaron por el Arrano Beltza tal vez porque ‘el águila es símbolo de poderío, de fortaleza, de libertad’, indica Zabaleta.
Aunque este emblema ha sido utilizado en otros lugares, el águila vascona posee unas características que la diferencian del resto. Por un lado está su color, atribuible al hecho de que el ‘águila autóctona es negra’, aunque otras explicaciones conocidas por el estuidoso apuntan a que el origen de esa tonalidad se debe a que ‘la tinta que se utilizaba entonces era negra y, por lo tanto, no cabía la posibilidad de aparentar colores. Para cuando los miniaturistas empezaron a emplear los colores, las cadenas ya habían sustituido al Arrano’.

Sin embargo, los monarcas navarros se decantaron por el Arrano Beltza tal vez porque ‘el águila es símbolo de poderío, de fortaleza, de libertad’, indica Zabaleta.
Aunque este emblema ha sido utilizado en otros lugares, el águila vascona posee unas características que la diferencian del resto. Por un lado está su color, atribuible al hecho de que el ‘águila autóctona es negra’, aunque otras explicaciones conocidas por el estuidoso apuntan a que el origen de esa tonalidad se debe a que ‘la tinta que se utilizaba entonces era negra y, por lo tanto, no cabía la posibilidad de aparentar colores. Para cuando los miniaturistas empezaron a emplear los colores, las cadenas ya habían sustituido al Arrano’.

Otra de sus características consiste en que este águila está atravesada por dos bandas blancas, una a la altura de las alas y el cuello y otra en la parte inferior. El estudioso considera que esas bandas serían una especie de distintivo de autenticidad, ‘como los cercos de las monedas’.Este fue el emblema adoptado por Vasconia cuando se transformó en reino, ‘sustituyendo, además de otras cosas, a la organización que se denominó ducado de Vasconia, fórmula de alianza de la que se dotaron los vascones para hacer frente a sus enemigos del norte, a los francos. Porque el reino de Vasconia, posteriormente llamado de Pamplona o Iruñea y más adelante de Navarra, no surge contra los moros del sur, sino sobre todo contra los francos, con los que se pactaba o contra los que se sublevaban los vascos dependiendo de las circunstancias políticas, siguiendo una táctica ya utilizada con los godos’.

El último monarca que enarboló este emblema fue Sancho VII el Fuerte, al que sucedió en el trono su sobrino Teobaldo, de la casa de Campaña, ya que no tuvo hijos de su propio matrimonio, a pesar que engendró varios fuera de él. Para otros estudiosos, el arrano beltza sería sello exclusivo tan sólo del famoso vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa. Entre los que defienden esta teoría, se encuentra el historiador Faustino Menéndez Pidal, quien asegura que el origen de este emblema se encuentra en la abuela del monarca: Margarita de l’Aigle, esposa del también rey navarro García Ramírez. Menéndez Pidal da por plenamente probado el hecho de que el águila fue el emblema de su linaje, que tomó el nombre del pequeño feudo que poseía en Normandía. Como evidencia, señala el sello de Rquier de l’Aigle, el hermano mayor de la reina, de gran parecido con el Arrano.

Por lo tanto, el Arrano Beltza ‘era un emblema que había que rescatar como el símbolo más genuino de nuestra propia reivindicación histórica, más que el propio símbolo entrañable de las cadenas, que nunca lo fue aparentemente de toda la Vasconia histórica’.
Porque ‘cuando los navarristas empiezan a sublimar su adscripción a la Historia de Navarra, se olvidan de que las tres cuartas partes de sus reyes están fuera de ese contorno geográfico con el que quieren simbolizar Navarra. No se puede sacralizar Navarra queriéndola reducir a los entornos actuales. Hacer eso es, además de simplista, contrario a la Historia. El símbolo que significa la Navarra vieja, la heredera de Vasconia, es el Arrano Beltza’.
Porque ‘cuando los navarristas empiezan a sublimar su adscripción a la Historia de Navarra, se olvidan de que las tres cuartas partes de sus reyes están fuera de ese contorno geográfico con el que quieren simbolizar Navarra. No se puede sacralizar Navarra queriéndola reducir a los entornos actuales. Hacer eso es, además de simplista, contrario a la Historia. El símbolo que significa la Navarra vieja, la heredera de Vasconia, es el Arrano Beltza’.
Esta circunstancia podría convertir a ese símbolo en emblema de una futura realidad política que englobara al conjunto de Euskal Herria. Al respecto, Zabaleta señala que ‘todas las banderas son inventos, dependen exclusivamente del éxito social que tengan, como todo en el mundo de la simbología. Al final, es un consenso social, un concierto de voluntades. En cualquier caso, la bandera del Arrano Beltza hay que recuperarla dentro del contexto de la reivindicación territorial de Euskal Herria’. Otra candidata a tener en cuenta sería evidentemente la ikurriña, que ‘ha tenido éxito y hay que respetarlo. Es una creación de Luis Arana Goiri posterior a algunas utilizaciones de los colores, de los símbolos de la cruz de San Andrés, el fondo rojo, etc. Pero también hay que tener en cuenta que la bandera española se hizo así porque la bandera de los Borbones, azul y blanca, no resaltaba en el mar y pusieron dos colores que se divisaban fácilmente’.

De la misma manera que esa insignia corresponde exclusivamente a Nafarroa, Zabaleta recuerda que a la ikurriña ‘le han hecho propia de la Comunidad Autónoma Vasca y hoy el estandarte del Arrano representa cosas que no significa la ikurriña. Lo mismo sucede con el nombre de Euskadi, que se lo han apropiado en la CAV. En cambio el "Eusko Gudariak" no es el himno de ningún sitio y es el himno de todos, como sucede con el Arrano’.
Ese carácter más general se aprecia en el hecho de que el arrano beltza no está presente en el escudo conjunto de Euskal Herria, integrado por las enseñas de todos los herrialdes. Esos emblemas de cada territorio han sufrido ‘muchos cambios y avatares. Salvo el de Navarra, son escudos que se han ido extendiendo de localidades al conjunto de los territorios y después símbolos de las familias que han ido predominando en unos y otros sitios. Hay escudos más viejos y otros más jóvenes y tampoco todos significan la verdad de los acontecimienos históricos, como ocurría con el tema de los cañones de Belate en el escudo de Gipuzkoa’.
3 comentarios:
Todo generalidaes y suposiciones, ni un dato contrastable. Creo que este artículo,es toda una invención de alguien poco "docto" en la materia. Sin fiabilidad.
Pienso exactamente lo mismo que el anterior comentario y añadiría que sumamente tendencioso con el objetivo de crear un relato que no se sostiene de ninguna manera.
pues a mi me parece que si hay gente que ha estudiado con minucia simbología de tal manera, sus conclusiones son muy válidas porque estudian contexto e historia y tiene mucho valor que hayan personas interesadas en el campo de nuestra tierra, nuestro folklore y geografía. le doy valor a este artículo. agradezco el trabajo
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