Los toros de Núñez del Cuvillo han echado el telón a los encierros de 2009 con una carrera limpia, veloz (02:20) y con muy pocos corredores. Los astados no han hecho nada por los mozos, aunque han levantado a algunos de ellos sin llegar a pinchar carne.
Suele decirse en Pamplona/Iruña que el último encierro de los sanfermines es 'para los de casa', pues tras el fin de semana y nueve intensos días de fiesta a pocos 'foráneos' les queda cuerpo para uno más. Es encierro para quienes lo llevan en la sangre.
Pero este año la afluencia ha sido de calles vacías, al coincidir además en un día laboral, lo que ha permitido a los astados de la ganadería Núñez del Cuvillo (Cádiz) correr sin presión y a los corredores más experimentados y atrevidos acercarse a su cornada. Las carreras, por tanto, han sido espectaculares.
De hecho, los mozos han querido arriesgar más que en ningún encierro anterior, pues tenían espacio para ello. Los bureles han levantado a algunos de ellos en varios puntos del recorrido, pero no han llegado a pinchar carne. Tampoco lo han buscado.
El encierro, tramo a tramo
El encierro, que ha durado 02:20 minutos, ha comenzado puntual a las 08:00 tras los tres cantos de rigor para pedir la protección del Santo. Tan pequeña era la afluencia, que las réplicas en euskera se han oído con mayor nitidez que en jornadas anteriores.
La manada ha partido hermanada, detrás de los cabestros, y ha cubierto de forma muy rápida el tramo de Santo Domingo.
El contacto con los primeros mozos ha sido limpio y los astados en ningún momento han hecho nada por ellos. No han derrotado ni barrido, pese a que muchos se les echaban encima.
A la altura del Ayuntamiento un toro ha tomado la delantera y ha sido protagonista del resto del encierro, ya que a partir de Estafeta ha sacado metros a sus hermanos y ha llegado a plaza en apenas 01:49.
El momento más emocionante de la carrera ha tenido lugar en la curva de Mercaderes con Estafeta, donde un burel ha arrollado a un corredor, más por entrometerse en su camino que por querer hacer carne.
La manada ha girado a Estafeta partida en dos. El primer grupo ha curvado por el centro de la calzada, y el segundo rozando pared, pero acto seguido han enfilado la recta y han permitido lucirse a quienes lo han solicitado.
Tras pasar Telefónica, los morlacos han entrado en la plaza sin mayores incidencias, aunque uno ha caído en el callejón.
Sobre la medianoche, los pamploneses y pamplonesas despedirán a San Fermín hasta el año que viene con miles de velas en la plaza Consistorial, donde entonarán el tradicional "Pobre de mí".
Pero este año la afluencia ha sido de calles vacías, al coincidir además en un día laboral, lo que ha permitido a los astados de la ganadería Núñez del Cuvillo (Cádiz) correr sin presión y a los corredores más experimentados y atrevidos acercarse a su cornada. Las carreras, por tanto, han sido espectaculares.
De hecho, los mozos han querido arriesgar más que en ningún encierro anterior, pues tenían espacio para ello. Los bureles han levantado a algunos de ellos en varios puntos del recorrido, pero no han llegado a pinchar carne. Tampoco lo han buscado.
El encierro, tramo a tramo
El encierro, que ha durado 02:20 minutos, ha comenzado puntual a las 08:00 tras los tres cantos de rigor para pedir la protección del Santo. Tan pequeña era la afluencia, que las réplicas en euskera se han oído con mayor nitidez que en jornadas anteriores.
La manada ha partido hermanada, detrás de los cabestros, y ha cubierto de forma muy rápida el tramo de Santo Domingo.
El contacto con los primeros mozos ha sido limpio y los astados en ningún momento han hecho nada por ellos. No han derrotado ni barrido, pese a que muchos se les echaban encima.
A la altura del Ayuntamiento un toro ha tomado la delantera y ha sido protagonista del resto del encierro, ya que a partir de Estafeta ha sacado metros a sus hermanos y ha llegado a plaza en apenas 01:49.
El momento más emocionante de la carrera ha tenido lugar en la curva de Mercaderes con Estafeta, donde un burel ha arrollado a un corredor, más por entrometerse en su camino que por querer hacer carne.
La manada ha girado a Estafeta partida en dos. El primer grupo ha curvado por el centro de la calzada, y el segundo rozando pared, pero acto seguido han enfilado la recta y han permitido lucirse a quienes lo han solicitado.
Tras pasar Telefónica, los morlacos han entrado en la plaza sin mayores incidencias, aunque uno ha caído en el callejón.
Sobre la medianoche, los pamploneses y pamplonesas despedirán a San Fermín hasta el año que viene con miles de velas en la plaza Consistorial, donde entonarán el tradicional "Pobre de mí".
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