Con el cariñoso recibimiento que le dispensan, no es de extrañar que Olentzero vuelva un año tras otro a Iparraldeko Euskal Etxea-Centro Vasco Francés de Buenos Aires. En esta ocasión fue recibido con una elegante fiesta, decorada al efecto, y a partir de medianoche con la representación de 'La leyenda de Olentzero', una función que explica la historia del carbonero vasco que baja de las montañas de Euskal Herria por Navidad, para repartir regalos a niños y niñas. Narrada por Norma Ríos, la historia incluyó lamias, Galtzagorri y otros personajes mitológicos vascos, en un loable y didáctico esfuerzo desarrollado por los integrantes de la Subcomisión de Cultura del Centro.
La fiesta del Olentzero se llevó a cabo en el Centro Vasco de Iparralde junto a la despedida de año, el 12 de diciembre, organizada por la Subcomisión de Cultura de la centenaria entidad vasca porteña. Según comenta a EuskalKultura.com Norma Ríos, secretaria del Centro y miembro de la citada Subcomisión, "esta vez quisimos darle otro rumbo a la fiesta, de modo que a medianoche, integrantes de la Subcomisión escenificaron 'La leyenda de Olentzero'".
Continuando con su labor de años anteriores, Carlos Martínez encarnó una vez más a Olentzero. Comenzó explicando en qué consiste esta celebración vasca y repasó un poco la historia. Luego de finalizar su intervención, una voz en off (la propia Norma Ríos) comenzaba a narrar la leyenda de Olentzero, mientras iban entrando las figuras a escena.
"Así fue como en el patio de nuestra institución, entre plantas, flores y árboles, se daba inicio el relato. Dos lamias contaban la llegada de un Olentzero bebé, que era encontrado por un Galtzagorri e iba creciendo junto a sus padres, su profesión de carbonero, su muerte imprevista y su resucitación con la ayuda de las lamias".
Concluida la representación, se invitó a los presentes a arrojar al fuego unas maderas en las que cada uno había escrito previamente un deseo. "El momento fue muy divertido, distinto y cálido", recordaba Mariana Arla, una de las lamiak.
A continuación la acción se trasladó al trinquete de la entidad, donde se compartieron diversas danzas de la mano de Martín Jaca. También hubo un hueco para los juegos populares, conducidos en esta ocasión por el propio Olentzero.
También se efectuaron sorteos de artesanías elaboradas y donadas por Juan Carlos Ibarrola. Como culminación de la noche se terminó cantando canciones tradicionales en euskera, con un brindis final por los deseos de un nuevo año.
La fiesta del Olentzero se llevó a cabo en el Centro Vasco de Iparralde junto a la despedida de año, el 12 de diciembre, organizada por la Subcomisión de Cultura de la centenaria entidad vasca porteña. Según comenta a EuskalKultura.com Norma Ríos, secretaria del Centro y miembro de la citada Subcomisión, "esta vez quisimos darle otro rumbo a la fiesta, de modo que a medianoche, integrantes de la Subcomisión escenificaron 'La leyenda de Olentzero'".
Continuando con su labor de años anteriores, Carlos Martínez encarnó una vez más a Olentzero. Comenzó explicando en qué consiste esta celebración vasca y repasó un poco la historia. Luego de finalizar su intervención, una voz en off (la propia Norma Ríos) comenzaba a narrar la leyenda de Olentzero, mientras iban entrando las figuras a escena.
"Así fue como en el patio de nuestra institución, entre plantas, flores y árboles, se daba inicio el relato. Dos lamias contaban la llegada de un Olentzero bebé, que era encontrado por un Galtzagorri e iba creciendo junto a sus padres, su profesión de carbonero, su muerte imprevista y su resucitación con la ayuda de las lamias".
Concluida la representación, se invitó a los presentes a arrojar al fuego unas maderas en las que cada uno había escrito previamente un deseo. "El momento fue muy divertido, distinto y cálido", recordaba Mariana Arla, una de las lamiak.
A continuación la acción se trasladó al trinquete de la entidad, donde se compartieron diversas danzas de la mano de Martín Jaca. También hubo un hueco para los juegos populares, conducidos en esta ocasión por el propio Olentzero.
También se efectuaron sorteos de artesanías elaboradas y donadas por Juan Carlos Ibarrola. Como culminación de la noche se terminó cantando canciones tradicionales en euskera, con un brindis final por los deseos de un nuevo año.
Fuente: Euskal Kultura
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