Las huelgas obreras, fueron una constante en el año 1976 en el País Vasco. En este sentido, miles de trabajadores luchaban en el espacio público, por remuneraciones más equitativas y mejores condiciones de trabajo.
Los obreros se encontraban muy bien organizados y desarrollaban su plan de lucha, con el aval de sus afiliados. Será un 3 de marzo, cuando la policía irrumpió en la Iglesia San Francisco de Vitoria, mientras se desarrollaba una asamblea gremial, comenzando a desalojar a los allí reunidos, con gases lacrimógenos y todo tipo de medidas represivas, culminando su faena con cinco asesinatos.
Con el objetivo de mantener la memoria histórica, y para que estos hechos no quedaran en el olvido, un grupo de ciudadanos y ciudadanas vascas, organizarán una plataforma a la cual denominaron “Asociación 3 de marzo”, cuyo objetivo principal, es exigir que la justicia castigue a los asesinos de los trabajadores muertos en el año 1976, para mitigar en parte, el daño ocasionado a quienes perdieron la vida, a sus familias y a sus afectos.
Este año se cumplen 36 años de aquellos luctuosos hechos, y aún los familiares y amigos de las víctimas esperan justicia, como así también, que se realice una reparación moral pública, donde el Estado reconozca no solamente, estas actuaciones aberrantes, sino también, todos los crímenes que tuvieron lugar desde el levantamiento militar contra las instituciones democráticas que tuvo lugar en julio de 1936.
En este sentido, esta nueva conmemoración sobre el 3 de marzo de 1976, debe servir por un lado para reafirmar el hecho histórico, pero también para reclamar la vigencia plena de la memoria histórica, que sólo será posible a través de la puesta en funcionamiento de comisiones de la verdad.
Desde la Diáspora, nos sumamos solidariamente a los actos que recuerdan los asesinatos ocurrido el 3 de marzo de 1976, y exigimos verdad, justicia y reparación, como única manera de poder poner fin, a una larga noche que comenzó en el año 1936 y que se ha extendido hasta nuestros días e impide la plena vigencia de la verdad histórica.
Los obreros se encontraban muy bien organizados y desarrollaban su plan de lucha, con el aval de sus afiliados. Será un 3 de marzo, cuando la policía irrumpió en la Iglesia San Francisco de Vitoria, mientras se desarrollaba una asamblea gremial, comenzando a desalojar a los allí reunidos, con gases lacrimógenos y todo tipo de medidas represivas, culminando su faena con cinco asesinatos.
Con el objetivo de mantener la memoria histórica, y para que estos hechos no quedaran en el olvido, un grupo de ciudadanos y ciudadanas vascas, organizarán una plataforma a la cual denominaron “Asociación 3 de marzo”, cuyo objetivo principal, es exigir que la justicia castigue a los asesinos de los trabajadores muertos en el año 1976, para mitigar en parte, el daño ocasionado a quienes perdieron la vida, a sus familias y a sus afectos.
Este año se cumplen 36 años de aquellos luctuosos hechos, y aún los familiares y amigos de las víctimas esperan justicia, como así también, que se realice una reparación moral pública, donde el Estado reconozca no solamente, estas actuaciones aberrantes, sino también, todos los crímenes que tuvieron lugar desde el levantamiento militar contra las instituciones democráticas que tuvo lugar en julio de 1936.
En este sentido, esta nueva conmemoración sobre el 3 de marzo de 1976, debe servir por un lado para reafirmar el hecho histórico, pero también para reclamar la vigencia plena de la memoria histórica, que sólo será posible a través de la puesta en funcionamiento de comisiones de la verdad.
Desde la Diáspora, nos sumamos solidariamente a los actos que recuerdan los asesinatos ocurrido el 3 de marzo de 1976, y exigimos verdad, justicia y reparación, como única manera de poder poner fin, a una larga noche que comenzó en el año 1936 y que se ha extendido hasta nuestros días e impide la plena vigencia de la verdad histórica.
Prof. César Arrondo
Universidad Nacional de La Plata/ Argentina
Universidad Nacional de La Plata/ Argentina
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