Txaro Cárdenas |
Txaro Cárdenas (*) ha participado de la conferencia que realizó el pasado 28 de agosto en Donosti, la escritora, guionista y actriz Esperanza Martínez de Lezea García, mas conocida como Toti Martínez de Lezea y ha tenido la gentileza de compartir con "Akelarre" el artículo escrito por tal motivo y el cual a continuación transcribimos.
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"Antes de escribir “La Brecha” estaba indignada y mi indignación fue creciendo a medida de que la iba escribiendo."
Miércoles 28 de Agosto de 2013. Dentro de tres días se celebra el bicentenario de la quema de San Sebastián por el ejército de Wellington.
Con este motivo Donostia Sutan ha organizado una serie de actos conmemorativos cuya apertura se ha llevado a cabo de la mano de la escritora Toti Martínez de Lezea, autora de “La Brecha” y una de las personas que más información ha recabado sobre este tema.
El lugar: la Biblioteca Doctor Camino, en la calle 31 de Agosto, la única calle que sobrevivió a la quema intencionada de la ciudad. Ni siquiera se libró la calle entera, tan sólo la parte que comunica el antiguo convento de San Telmo, hoy museo, y la Basílica de Santa María, “ya que las tropas asaltantes necesitaban un lugar donde pernoctar” según nos ha comentado la escritora.
Sobre ella me gustaría hablaros en primer lugar. Toti es cercana, transmite simpatía y profesionalidad a partes iguales. “Cuando se habla sobre batallas y hechos históricos semejantes, sólo se enumeran datos: tantos muertos, tantas tropas formadas por tantos soldados etc... No se habla desde el punto de vista humano, se obvia el sufrimiento de la población. Una novela debe hablar sobre ello, lo demás se lo dejamos al libro de ensayo. Sobre la quema de San Sebastián nos ha llegado ciertamente muy poco, incluso he llegado a ver en una web que San Sebastián fue quemada por los franceses…nada más lejos de la realidad. Cuando ingleses y portugueses entraron a través de la brecha, la población salió a recibirlos, me imagino que incluso muchos de ellos llevarían pañuelos blancos, cestas con pan para hacer el recibimiento a “sus salvadores”. A cambio, ellos mataron, violaron a las mujeres, saquearon la ciudad. Al día siguiente expulsaron a la población, vaciaron las casas y las quemaron una a una. La soldadesca no tenía orden expresa por parte de sus mandos, los cuales tampoco evitaron la acción, sabedores de que las tropas no habían cobrado y aquella era una manera de que se ganaran la soldada y de que desapareciera un enclave molesto por su afrancesamiento ysu localización estratégica y por supuesto, por su fortificación.”
Toti disfruta con la narración. Su forma de hablar es directa, se dirige al oyente, se indigna con la injusticia y la intolerancia, disfruta recreando el proceso de creación de la novela, en la que la documentación (cómo no) es el punto fundamental: “tanto tiempo de investigación y documentación para decir en una línea que cogió un coche de caballos, salió a las seis y llegó a las ocho. Una línea”.
Sentido del humor en su exposición, cariño por unos personajes creados y recreados desde el respeto y el punto de vista humano, coincidencias y anécdotas como, “me pasé meses recorriendo los lugares, quitando coches y antenas de televisión. Decidí que la protagonista fuera chocolatera (¿sabíais que había 34 chocolaterías en San Sebastián? ¿Que exportaban chocolate a Francia y a la corte de España?) y situé la chocolatería en la esquina de la calle Mayor con Íñigo. A los años me vino una mujer y me agradeció que hubiera sacado la chocolatería de sus antepasados. Fue coincidencia, claro”.
Toti nos ha hablado de ésta y muchas anécdotas y nos ha leído pasajes de la novela. Decir “leído” sería faltar a la verdad. Porque lo que ha hecho Toti ha sido interpretar, de repente se ha convertido narrador, ha dado vida a Maritxu, ha matado a un soldado y se ha vestido con sus polainas, se ha emocionado con los recuerdos de las violaciones de las protagonistas, ha sufrido como una donostiarra aquella infame noche. Su voz ha recorrido todos los registros. Nos ha hecho vibrar de emoción, sonreír con sus bromas y anécdotas y sobre todo, nos ha servido en bandeja nuestra propia historia, la memoria de una ciudad, que de ser un enclave ballenero, pasó a ser centro neurálgico del comercio con el exterior, una pequeña ciudad cosmopolita formada por personas de distintas procedencias que acabó reducida a cenizas y que sólo se reconstruyo con el esfuerzo de los donostiarras y gipuzkoanos.
Nunca se reconoció la injusta destrucción, la tremenda pérdida humana.
Hasta ahora, sólo unas velas encendidas por los vecinos de la calle…¿sabéis cómo se llama la calle? La calle se llama 31 de Agosto.
(*) Txaro Cárdenas es redactora en www.moonmagazine.info
Toti en la Biblioteca Doctor Camino de la calle 31 de Agosto, un local histórico situado en la calle más antigua de la ciudad. (Foto: MOF) |
De izquierda a derecha, Toti, Txaro Cárdenas e Iñigo del Teso Zurriarain. (Foto: MOF) |
1 comentario:
Me siento orgullosa de ver mi trabajo publicado en este magnífico blog de mi amigo Mariano Silva-Torrea y de poder compartir esta historia tan emotiva con todo el público vasco-argentino, siempre en el corazón de los donostiarras.
Desde aquí, mi agradecimiento a esa gran escritora y sensible ser humano,Toti Martínez de Lezea, sin la cual, este sueño no se habría materializado.
Mila esker guztiori.
Deseo desde lo más profundo de mi corazón, que disfrutéis de esta crónica.
Gora Donostia.
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